“La técnica turística ha instalado hoy grandes teleféricos que permiten alcanzar, en pocos minutos y sin esfuerzo, algunas de las más elevadas cumbres. Sin embargo, creo que media entre la contemplación panorámica así alcanzada y la del que la ganó por su propio esfuerzo la misma diferencia que separa la fotografía de la realidad. El caminante que vence una alta cima se ha comprometido en la montaña, y la montaña, en cierto modo, se ha hecho suya. Se trata justamente de esas nociones complementarias de engagement (compromiso) y de apprivoisement (domesticación) a que me he referido. En la aventura de una ascensión de montaña, cada perspectiva ganada, cada nuevo plano de horizonte, cada riesgo y cada conquista, crea lazos vivos entre montaña y caminante hasta que, en el último esfuerzo, el viento impaciente de las cumbres rinde al contemplador esa especie de plenitud en que el panorama final se hace, más que contemplación pura, vivencia y aun creación personal.
Rafael Gambra – “El silencio de Dios”
Rafael Gambra – “El silencio de Dios”