“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

miércoles, 23 de febrero de 2011

FRANZ SCHUBERT


Has tocado mis días como lieder
que no pueden decirse con palabras.
Porque sólo a los ángeles compete
la sublime bondad de tus baladas.

A la sombra de pálidos saúcos
termina el molinero su jornada
y el agua venturosa del arroyo
una canción de cuna fresca lava.

Nadie supo jamás de mi tristeza
como las variaciones de tus ramas.
Nadie supo jamás de mi alegría
como la trucha que el torrente gana.

Y en las níveas mañanas de tormenta
¿quién como tú relámpagos desgrana?
¿Quién de amor las cenizas vagarosas
revive con dulcísima oriflama?

Cuando al borde del mar llegue benigna
con mis lieder de otoño amarillados
y la docilidad del que se signa
para cruzar el misterioso lago

te pediré Franz Schubert que me guíes
al cielo que entrevieron tus dos manos.
Porque Dios pone brújulas celestes
y escribe su belleza en muchos lados.



Amelia Urrutibeheity