“El que de verdad ama a Dios, no tiene necesidad
de buscar a Dios fuera de sí, porque dentro de sí le hallará siempre que le
busque; porque fuera del común modo de estar en todas las criaturas por
esencia, presencia y potencia, le tiene en sí como en su cielo, que cielo es y
gloria del Esposo la ánima del varón justo.
Pues si tienes verdaderamente a solo Dios y a
solo El miras y amas y a ti y a todas las cosas por El, nadie en el mundo te
podrá ser impedimento…Y no basta pensar en Dios en este ejercicio, porque luego
que ese pensamiento se acabare te hallarías solo y apartado de Dios, sino que
es necesario tener a Dios (si así se puede decir), esenciado, fijo y entrañado
en el corazón; quiero decir: hecho ánima del ánima y esencia de nuestra
esencia.
El que de esta manera vive, siempre halla en sí
una simple, amorosa y continua propensión a Dios”.
Fray Juan de los Ángeles – Conquista del Reino
de Dios, Diál. X, pf. XIII.