EL CAMINANTE
Ven a mí, silencio esquivo,
ven sin tardar, o dime dónde estás,
dime cuál es el camino,
dímelo pronto, que a ti he de llegar,
con el afán renacido,
la frente alta y el corazón en paz.
Haz que me sienta vivo,
que a la muerte del alma la deje atrás;
haz que a Ti me sienta unido,
como agua de río que muere en el mar;
o como ave con su trino
que vuela lejos en la inmensidad.
Haz que no pierda el camino
por dar vuelta el rostro y mirar atrás;
que no tome el fácil desvío
que en la noche oscura me ha de tentar;
sé Tú siempre mi amigo,
dirige mis pasos hacia tu Ciudad.
F. M.
Ven a mí, silencio esquivo,
ven sin tardar, o dime dónde estás,
dime cuál es el camino,
dímelo pronto, que a ti he de llegar,
con el afán renacido,
la frente alta y el corazón en paz.
Haz que me sienta vivo,
que a la muerte del alma la deje atrás;
haz que a Ti me sienta unido,
como agua de río que muere en el mar;
o como ave con su trino
que vuela lejos en la inmensidad.
Haz que no pierda el camino
por dar vuelta el rostro y mirar atrás;
que no tome el fácil desvío
que en la noche oscura me ha de tentar;
sé Tú siempre mi amigo,
dirige mis pasos hacia tu Ciudad.
F. M.