“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

miércoles, 13 de agosto de 2014

El cielo y las estrellas




“Y la mayor consolación que recibía era mirar el cielo y las estrellas, lo cual hacía muchas veces y por mucho espacio, porque con aquello sentía en sí un muy grande esfuerzo para servir a nuestro Señor”.

San Ignacio de Loyola, El relato del peregrino.



“Ansí me hallaba una noche
contemplando las estrellas,
que le parecen más bellas
cuanto uno es más desgraciao
y que Dios las haiga criao
para consolarse en ellas.”


José Hernández, Martín Fierro, I, IX, 1445-1450

sábado, 9 de agosto de 2014

El caminante





La belleza del mundo me ha entristecido.
Esta belleza que pasará.

A veces mi corazón se ha sacudido con gran alegría
al ver una ardilla saltar en un árbol, 
o una mariquita roja sobre un tallo. 

O pequeños conejos en un campo al atardecer,
iluminado por un sol oblicuo.

O alguna colina verde, donde las sombras se amontonan,
alguna colina tranquila,
donde un montañés ha sembrado, y pronto cosechará,
cerca de las puertas del Cielo.

O pequeños niños con los pies descalzos
sobre las arenas de alguna bajamar,
o jugando en las calles
de los pueblitos de Connacht.
 
Cosas jóvenes y felices.

Y entonces mi corazón me ha dicho:
Esas cosas pasarán,
pasarán y cambiarán,
morirán y ya no serán más.

Cosas brillantes, y verdes.
Cosas jóvenes, y felices.

Y he seguido mi camino, apenado.

Pádraig Pearse