martes, 13 de diciembre de 2016
miércoles, 6 de julio de 2016
sábado, 12 de diciembre de 2015
“Y
sembrar semillas siempre se puede, aunque no sea más que sembrar verdades.
Claro que cuando hay sequía, eso importa sacrificio, a veces se siembra con una
especie de terquedad, con una especie de desesperación, se siembra con
amargura, llorando, como dice la Biblia; se tiene la impresión de estar
malgastando las semillas, las fuerzas y la vid. Pero es la ley de la vida, no
la tenemos más que para gastarla. Como les dije en la otra conferencia, todos
los caminos de esta vida, por más vueltas que den, confluyen invisiblemente
hacia una palabra terrible, pero ungida con las promesas divinas, que es
sacrificio. Y el sacrificio es no solamente posible sino hasta gozoso cuando
está inspirado por un verdadero Amor.”
Padre
Castellani. Recetas y problemas, “San Agustín y Nosotros”.
Via Matris
Via Matris
(La
Santísima Virgen vuelve desde el Sepulcro a su casa, Via Crucis Desandado)
por
L.C. Flores Mateos, S.J.
El bosque secreto
"El bosque es secreto no solamente
en el sentido de que esconde, sino también en el sentido de que al esconder
protege".
Ernst Jünger, “Los titanes venideros”.
En los bosques solitarios
“Y
su mayor felicidad, durante el verano en el campo, era irse a los bosques
solitarios”.
M.M. Philipon, O.P. ,
sobre Sor Isabel de la Trinidad.
martes, 22 de septiembre de 2015
martes, 25 de agosto de 2015
ENVÍO
A ti, fiel camarada, que padeces
el cerco del olvido atormentado;
a ti que gimes sin oír al lado
aquella voz segura de otras veces:
el cerco del olvido atormentado;
a ti que gimes sin oír al lado
aquella voz segura de otras veces:
te envío mi dolor. Si desfalleces
del acoso de todos, y cansado
ves tu afán como un verso malogrado:
bebamos juntos en las mismas heces.
del acoso de todos, y cansado
ves tu afán como un verso malogrado:
bebamos juntos en las mismas heces.
En tu propio solar, quedaste fuera,
del orbe de tus sueños hacen criba.
Pero, allí donde estés, cree y espera.
del orbe de tus sueños hacen criba.
Pero, allí donde estés, cree y espera.
El cielo es limpio y en sus bordes liba
claros vinos del alba, primavera.
Pon arriba tus ojos, siempre arriba.
claros vinos del alba, primavera.
Pon arriba tus ojos, siempre arriba.
ANGEL MARÍA PASCUAL
(Pamplona 1911 - 1947)
miércoles, 22 de julio de 2015
RESIGNACIÓN
¡Bendito seas, Señor,
por tu infinita bondad;
porque pones con amor
sobre espinas de dolor
rosas de conformidad!.
¡Qué triste es mi caminar!...
Llevo en el pecho escondido
un gemido de pesar,
y en mis labios un cantar
para esconder mi gemido.
Tú sólo, Dios y Señor,
Tú, que por amor me hieres;
Tú, que con inmenso amor,
pruebas con mayor dolor
a las almas que más quieres,
Tú sólo lo has de saber;
que sólo quiero contar
mi secreto padecer
a quien lo ha de comprender
y lo puede consolar.
¡Bendito seas, Señor,
por tu infinita bondad,
porque pones con amor,
sobre espinas de dolor,
rosas de conformidad!...
miércoles, 10 de junio de 2015
Dios dentro de sí
“El que de verdad ama a Dios, no tiene necesidad
de buscar a Dios fuera de sí, porque dentro de sí le hallará siempre que le
busque; porque fuera del común modo de estar en todas las criaturas por
esencia, presencia y potencia, le tiene en sí como en su cielo, que cielo es y
gloria del Esposo la ánima del varón justo.
Pues si tienes verdaderamente a solo Dios y a
solo El miras y amas y a ti y a todas las cosas por El, nadie en el mundo te
podrá ser impedimento…Y no basta pensar en Dios en este ejercicio, porque luego
que ese pensamiento se acabare te hallarías solo y apartado de Dios, sino que
es necesario tener a Dios (si así se puede decir), esenciado, fijo y entrañado
en el corazón; quiero decir: hecho ánima del ánima y esencia de nuestra
esencia.
El que de esta manera vive, siempre halla en sí
una simple, amorosa y continua propensión a Dios”.
Fray Juan de los Ángeles – Conquista del Reino
de Dios, Diál. X, pf. XIII.
El viaje – Ernest Hello
I
Con frecuencia
se ha comparado la vida con un viaje; no por ser añeja, ha dejado la
comparación de ser justa.
La ilusión del
deseo siéntese viajando más que en cualesquiera otras ocasiones. Durante el
viaje, el hombre que desea y reflexiona acerca de su deseo, cae, si quiere, en
flagrante delito de ilusión.
Estando en
París, no se quisiera, ni aun cuando fuese cosa posible, suprimir el camino y
llegar sin viaje al término del viaje. Se quiere, como la paloma de la
Fontaine, ver...
¿Ver, qué?
No sé nada de
eso, ni vosotros tampoco.
Si una cosa
existiera acá abajo que valiese de por sí la pena de ser buscada por sí misma,
esa cosa dispensaría de buscar otras y pondría fin al viaje del hombre. Pero yo
no conozco cosa semejante, ni vosotros tampoco.
Así, en París,
el hombre que se dispone a partir acaricia la idea de su viaje y no quisiera
haber llegado ya a su término. Durante el camino, espera ver.
En cuanto ha
subido al ferrocarril, habitualmente, echa de menos la diligencia de antaño,
la vista de los caballos, la voz del postillón, etc.
Si el
ferrocarril le abandona en mitad de su camino, y si termina la ruta en un
carruaje antiguo, piensa en las ventajas del ferrocarril. Encuentra muy lento
el antiguo carruaje, y, por regla general, desea la posta siguiente. Mil veces
he visto y cometido esta inocente bobería de desear la próxima aldea del
camino, como si en la parada me aguardase la felicidad.
Después del
relevo, como la felicidad no acude a la cita, se hace sentir el deseo de haber
llegado al mismo término del viaje; y, cuando tal se ha conseguido, cuando se
ha bajado definitivamente del carruaje, dibújase en el alma una impresión de
tristeza.
Es que la
esperanza, sea cual fuese, queda siempre burlada.
Queda burlada,
aun cuando resulte excedida. Pues si se ve excedida en un sentido, por la
brillantez exterior del espectáculo que se contempla, hállase engañada, en un
sentido más importante, por la ausencia de la plenitud que se buscaba.
Las orillas del
Rhin, las montañas de Suiza, pueden ser más bellas de lo que pensabas. Mas no
pueden producir en ti lo que esperabas, si esperabas la plenitud y la
satisfacción.
El hombre pasa
la vida experimentando esos sentimientos y siempre ignorándolos.
Ningún viaje le
muestra la realidad de las cosas. Y, sin embargo, cuando mira los esplendores
de la naturaleza, tiene una mirada y una añoranza para la vivienda que ha
abandonado, para la casa que es la del trabajo, para la casa donde, a menudo,
en las horas de fatiga, deseó la partida; para la casa adonde con frecuencia,
después de la partida, ha deseado el retorno. Y cuando vuelve, si no ha visto
en su viaje más que las cosas visibles, no lo garantizo contra una impresión de
tristeza. No será la que ha tenido, cuando ha llegado a tierra extranjera, será
otra. No será más la del viaje, será la del retorno.
No salgo
garante de que no le acometan deseos de partir nuevamente, a fin de ver otra
cosa, ni de que, una vez que haya partido, no desee volver, a fin de
encontrarse en su casa.
II
Sin ninguna
duda, se engaña, pues siempre busca sin que jamás encuentre. Pero en el fondo
de ese error, como en el fondo de todos los errores, habrá una verdad grande.
Esta verdad es la doble necesidad que de la ley general resulta, la necesidad
de satisfacer la alternativa universal, la necesidad de dilatarse y en seguida
la de encentrarse; necesidad del flujo y del reflujo.
miércoles, 27 de mayo de 2015
"Tranquila aguardo"
Vivir de amor, cuando Jesús se duerme,
es reposar sobre olas encrespadas,
¡Oh!, no temas, Señor, que te
despierte,
tranquila aguardo del Edén las playas.
Santa Teresita
de Lisieux
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