EL RECHAZADO
No saben los hombres de qué forma los he amado,
por eso me dan la espalda como a un rechazado.
Por amor dejé clavaran mis brazos a la cruz,
mis brazos que abarcan al mundo para darle luz.
Mi sangre vertí para limpiarlos de pecados,
para pagar vuestras culpas me he desangrado.
Por amor a los hombres enseñé el camino,
para vencer a la muerte, dueña del destino.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
mi corazón les he dado hasta ser perforado.
Los insultos y el odio llagaron mis oídos,
la indiferencia me dejó cruelmente caído.
Nadie piensa en mí, soy para ellos olvido,
el recuerdo de que el mal con dolor es rendido.
Hablan de amor y paz, se llenan de palabras,
para perderse mejor desoyen mi Palabra.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
por ellos siendo un Dios me he anonadado.
Manso y humilde los espero en la Eucaristía,
por amor quiero unirme para darles mi vida.
Pero pocos se acercan a recibir mi amor,
perdidos en el mundo de la sucia pasión.
Muchos que dicen creer en mí me menosprecian,
tratándome con desdén y con irreverencia.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
a mi Madre Santa por amor les he dejado.
Pero ni a Ella respetan del odio que tienen,
a todo lo que es santo o que del cielo viene.
Les envié con mi Padre al Espíritu Santo,
pero ustedes no escuchan consejos, ¡saben tanto!
Viví en la pobreza para darles ejemplo,
mas buscan avarientos riquezas todo el tiempo.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
y por no saberlo hoy están desesperados.
Les molesta mi imagen en el crucifijo,
quizá porque les recuerdo que Yo soy el Hijo.
El Hijo de un Padre que resiste a los soberbios,
y que ama a los humildes, pobres y pequeños.
Saben está en Mí el Camino, la Verdad y el Bien,
mas el que ama las tinieblas se resiste a ver.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
ni que es invencible el Amor de un Rechazado.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
por eso me dan la espalda como a un rechazado.
Por amor dejé clavaran mis brazos a la cruz,
mis brazos que abarcan al mundo para darle luz.
Mi sangre vertí para limpiarlos de pecados,
para pagar vuestras culpas me he desangrado.
Por amor a los hombres enseñé el camino,
para vencer a la muerte, dueña del destino.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
mi corazón les he dado hasta ser perforado.
Los insultos y el odio llagaron mis oídos,
la indiferencia me dejó cruelmente caído.
Nadie piensa en mí, soy para ellos olvido,
el recuerdo de que el mal con dolor es rendido.
Hablan de amor y paz, se llenan de palabras,
para perderse mejor desoyen mi Palabra.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
por ellos siendo un Dios me he anonadado.
Manso y humilde los espero en la Eucaristía,
por amor quiero unirme para darles mi vida.
Pero pocos se acercan a recibir mi amor,
perdidos en el mundo de la sucia pasión.
Muchos que dicen creer en mí me menosprecian,
tratándome con desdén y con irreverencia.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
a mi Madre Santa por amor les he dejado.
Pero ni a Ella respetan del odio que tienen,
a todo lo que es santo o que del cielo viene.
Les envié con mi Padre al Espíritu Santo,
pero ustedes no escuchan consejos, ¡saben tanto!
Viví en la pobreza para darles ejemplo,
mas buscan avarientos riquezas todo el tiempo.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
y por no saberlo hoy están desesperados.
Les molesta mi imagen en el crucifijo,
quizá porque les recuerdo que Yo soy el Hijo.
El Hijo de un Padre que resiste a los soberbios,
y que ama a los humildes, pobres y pequeños.
Saben está en Mí el Camino, la Verdad y el Bien,
mas el que ama las tinieblas se resiste a ver.
No saben los hombres de qué forma los he amado,
ni que es invencible el Amor de un Rechazado.
F.M.