Como un petrel que sobre la erizada
superficie del
mar plúmbea y movida
volando sin
cesar toda la vida
y con las
olas por precaria almohada
la su
indígena playa ya olvidada
toda esperanza
de volver perdida
así boga mi
alma mal dormida
sobre una
eterna soledad salada.
Sólo un
oscuro instinto la encamina
un increíble
esfuerzo la sostiene
un fuego la
alimenta y determina
el aire la
mantiene
hacia el
bajel azul de un rey que viene
hacia un
sueño de amor inmenso y lene
y una ignota
golconda diamantina.
Leonardo Castellani.
Naboland, 22
de diciembre de 1947.