“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

martes, 15 de julio de 2014

Rezar en el bosque





“Sin embargo, casi todos los días, visitase o no las familias del lugar, hacía por la tarde una pequeña excursión por la campiña. Se aprovechaba también de ella para orar, ya levantando el corazón a Dios, ya con el rezo del breviario. Procuraba siempre decir alguna palabra a los que trabajaban en los campos, y con el rosario en la mano, metíase en los tortuosos senderos que cruzaban por entre las espesuras de tilos. Su alma mística estaba hambrienta de soledad y de paz. En medio de aquella encantadora naturaleza, su pecho, acostumbrado a los puros efluvios de las brisas, se dilataba a su gusto. ¡Ah! Hacía bien en disfrutar; se acercaba el tiempo en que no tendría ni una hora de reposo, y viviría como entre paredes, sin la frescura del aire ni el calor del sol. Su mayor satisfacción, se ha dicho de este nuevo Francisco de Asís, era rezar en el bosque. Solo allí con su Dios, contemplaba sus grandezas y se servía de todo, aun del canto de las aves, para elevarse hasta El”.

“El Cura de Ars”, por Francis Trochu.