“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

miércoles, 10 de marzo de 2010

ANIVERSARIO


1981 15 de marzo 2010

Aniversario de la muerte del Padre Leonardo Castellani




“Una verdad es necesaria cuando ha de salvar un alma, o para ganarme el pan; mucho más si se conjugan las dos cosas. Si he de ganarme el pan haciendo poesías por ejemplo (que Dios me libre y guarde, eso ni en broma) entonces debo hacer las poesías lo más artísticas que pueda, aspirar a la máxima belleza poética, que no consiste en otro que en la verdad; pues me contó un poeta muy ducho en su arte que cada vez que hay un verso que no llena o una estrofa que cambiar, después de cambiada uno ve que no tenía verdad; o como dijo él, “suficiente verdad”.
No hay peligro que yo ponga exceso de poesía, como Shakespeare, que cuando se le va la mano aturde y llega a ofuscar; pero si por poner “suficiente verdad” en un poema, me apresan los peronistas por comunista o me pone una multa el Cardenal Primado, cargo en mi ley, porque no hice más que cumplir mi oficio.
Pero al otro día cambio de oficio, anoser el diablo que sea de los que no se pueden cambiar, como el de masón, marido, sacerdote o periodista.
Y así le pasaba a Kierkegaard; y por él podemos colegir que también a Jesucristo. Eran atrozmente sinceros. Si tenían lengua tenían que hablar (“crédidi, propter quod loquutus sum”) y si hablaban tenían que decir, no ya una verdad, sino la verdad; es decir, lo que en este caso concreto y particular desde el fondo de mi corazón viene a pelo y yo actualmente con todos mis sentidos (como diría Ivanissevich) veo, vivo y bebo.”

La provocación, “Cristo y los fariseos”.



Ud. es poeta y por lo tanto su mente “está abierta a las imágenes del mundo”, como me dijo una vez el grande y tormentoso Lugones. El poeta tiene sueños cosmirreveladores, ve fantasmas, hados y elfos, un trueno lejano le hace estremecer y la luz de una estrella se le hunde en los huesos. Eso es un privilegio por cierto; pero comporta riesgos graves.
En eso coincidimos. Yo siento lo mismo que Ud. el horror de esta época y la necesidad de oponerse a ese horror, si quiero salvar mi alma. Ese horror carga sobre mí incluso físicamente, en forma que me volvería loco si no tuviera fe en Dios.

Carta a Barletta, “Las ideas de mi tío el cura”.