El arte y el ángel
El pintor demudado que miraba
A su lienzo de blanco inmaculado
Con porfía buscaba inspiración
¡Oh sorpresa! los colores se fugaron.
Las palabras esquivas no venían
A la pluma del poeta inerme
Ante la búsqueda eterna de la rima
Que le diera sentido a su presente.
Se encontraron de pronto percibiendo
Que un lazo invisible los unía
¿Cómo pintar belleza con colores
Con palabras, con prosa y poesía?
Un ángel que de pronto se acercaba
Al notarles tamañas apatías
Comenzó susurrando estas palabras
Que sonaban como una melodía.
¿Qué habéis hecho humanos ya virtuosos
Poseedores de un alma bendecida?
¿Dónde miran buscando inspiración?
¡Sean voceros de almas agradecidas!
Pinten cuadros de admiración y rezo
De amistad y de amor siempre en vigilia
Rimen cruces, plegarias y hasta llanto
Canten siempre un himno a la vida.
Muchas almas no tienen vuestro don
De percibir la belleza y la alegría
Que aparece de la mano del Señor
Oculta entre la luz y la armonía.
Y es seguro que lo dicho es muy difícil
Por designio divino así prescrito
Más si sienten dolor en vuestro empeño
También Cristo lo sintió con su martirio.
Así entonces pintores y poetas
Siéntanse como gente esclarecida
Que se empeñan en pintar fe y la belleza
Que se ve con el alma agradecida.
El pintor sintió una brisa imaginaria
Que avivaba las brasas encendidas
De su alma que, plena ya de gozo
De colores y luces florecía.
El poeta en cambio advertía
Que unas lágrimas fluían a su mejilla
Y un dulzor mezclado de nostalgia
Le ayudaba a rimar, en sus poesías.
Y el ángel ante el solio del Altísimo
sus acciones en Tierra relataba
“Mi buen Dios he enseñado a dos artistas
Que el buen arte y tu Verdad van hermanadas.”
Aldo H Delorenzi