LA ORACIÓN
Madre, me han dicho los sabios
que no hay cosa más veloz
que la luz, que en un momento
recorre sin dilación
miles de leguas. ¡Ay, madre,
quién fuera rayo de sol!
-Hijo mío, dí a esos sabios
que aun recorre más la oración:
¡Que antes que asome a los labios
ya la está escuchando Dios!