Cabe un árbol entero en una hoja.
Hay todo un bosque oculto en la semilla.
En un carozo de hombre un Dios se aloja.
Y la verdad sublime es la sencilla.
Por eso es grande el hombre que se humilla.
Y humilde el hombre, cuando se despoja.
Y se alegra en su lecho de gramilla.
Y bendice la lluvia que lo moja.
Cuando no tiene a nadie que lo acoja
pero tiene al que obró la maravilla
de hacer caber la dicha en la congoja
y puede hacer caber en la escudilla
que su mano amasó de arcilla roja,
el pan que con sudor cobró en la trilla.
P. Horacio Bojorge