“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

lunes, 8 de febrero de 2010

LA ORACION


La oración es para nuestra alma lo que la lluvia para el campo. Abonad un campo cuanto os plazca; si falta la lluvia, de nada os servirá cuanto hayáis hecho. Así también, practicad cuantas buenas obras os parezcan bien; si no oráis debidamente y con frecuencia, nunca alcanzaréis vuestra salvación; pues la oración abre los ojos del alma, hácele sentir la magnitud de su miseria, la necesidad de recurrir a Dios y de temer su propia debilidad. El cristiano confía solamente en Dios, nada espera de sí mismo. Sí, por la oración es como perseveraron los justos.

Santo Cura de Ars