“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

lunes, 8 de febrero de 2010

SUEÑO DEL ATARDECER


Yo adoro un pueblo lejano
que acaso nunca he de ver,
con su caminito aldeano
fragante al atardecer.

Y una mañana de enero
iba mi alma a florecer,
como un rosal tempranero,
todos sus sueños de ayer.

Sueños, viejas ansias mías
-flores y melancolías-,
sueños que no han de volver.

Yo adoro un pueblo lejano
con un caminito aldeano
fragante al amanecer.

Rafael de Diego