“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

sábado, 6 de febrero de 2010

NIÑOS





Tratamos con respeto a los niños porque atisbamos la trascendencia en lo que son y en lo que hacen, cosa que no sentimos respecto a los adultos. La misma pequeñez de los niños hace posible que les miremos como si fueran prodigios maravillosos. Nos da la impresión de que estamos tratando con una raza nueva que sólo se puede ver con microscopio. Al contemplar vidas tan humanas y sin embargo tan pequeñas, sentimos como si nosotros mismos nos hubiéramos inflado hasta alcanzar dimensiones vergonzosas. Sentimos hacia esas criaturas el mismo tipo de obligación que podría sentir una divinidad si hubiera creado algo que no pudiera entender. Tal vez su aspecto gracioso es el vínculo más atractivo de todos los que mantienen unido al mundo.




G. K. Chesterton