“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

lunes, 28 de diciembre de 2009

ATARDECER DE LA ASCENSION




¡Quién dijo que los campos son verdes!
¿Acaso no vio el otoño y sus robles,
rojos encendidos como el cielo,
que a un corazón con fuego hable?

¡Quién dijo que los campos son verdes!
Al oír los últimos trinos
partir entre postreros colores,
como si se extinguiera el aire.

¡Quién dijo que los campos son verdes!
¡Que el campo es de Dios,
su bondad hacia nos,
a nuestra miseria mudable!

¡Quién dijo que los campos son verdes!
Así como dijo, no vio,
tras las ramas de los árboles,
la luz, paulatinamente apagarse.

Quien dijo que los campos son verdes,
ahogado en sus propias ansias,
no quemó su corazón,
contemplando la tarde.


C. H.