Ud. es poeta y por lo tanto su mente “está abierta a las imágenes del mundo”, como me dijo una vez el grande y tormentoso Lugones. El poeta tiene sueños cosmirreveladores, ve fantasmas, hados y elfos, un trueno lejano le hace estremecer y la luz de una estrella se le hunde en los huesos. Eso es un privilegio por cierto; pero comporta riesgos graves.
En eso coincidimos. Yo siento lo mismo que Ud. el horror de esta época y la necesidad de oponerse a ese horror, si quiero salvar mi alma. Ese horror carga sobre mí incluso físicamente, en forma que me volvería loco si no tuviera fe en Dios.
P. Castellani – Carta a Barletta.