No he visto verso más perfecto
que este árbol claro, fino y recto:
el tronco yergue en un cimbreo blando
como una niña andando
sobre raíz que agarra el suelo cual
un ancla inteligente y desigual
para abrirse en la cúpula sombría
filtro armonioso al fiero mediodía
y hacer de flores blancas un alarde
sobre el regazo rojo de la tarde
y una gota de sangre en el bochinche:
en la copa hay un nido de churrinche.
De veras nunca verso vi perfecto
como este árbol aquí, sencillo y recto:
un verso lo hace un loco como yo;
un árbol sólo el Dios que nos creó.
Leonardo Castellani