El sentimiento que San Francisco de Sales tiene de la naturaleza es encantador, porque la naturaleza es para él lo que en realidad es, un medio, no un fin: es el instrumento que acompaña al canto, y no la belleza misma a la que el canto va enderezado, que es como suelen sentirla los falsos poetas. El amor de San Francisco la encuentra en su camino; la encuentra sin buscarla, sencillamente, porque está allí, y sin detenerse en ella la atraviesa y la arrastra en su vuelo hacia el cielo a donde va.
Ernest Hello, Fisonomía de Santos: San Francisco de Sales.