Pueden caer los muros venerables
que albergaron la fe de los mayores,
pueden perder el brillo los fulgores
de las verdades que son inmutables.
Pueden los templos tornarse inhabitables
sacando a Dios por dar al hombre honores,
pueden volverse de hule las flores
y los granos de sal ser imputables.
Pero nunca podrá la apostasía
manchar con ruda mano la inocencia
de una voz que a la Virgen se aquerencia,
con lágrimas pidiendo a porfía
crucificada con la penitencia
que vuelva Cristo a rescatar su herencia.
F. M.
que albergaron la fe de los mayores,
pueden perder el brillo los fulgores
de las verdades que son inmutables.
Pueden los templos tornarse inhabitables
sacando a Dios por dar al hombre honores,
pueden volverse de hule las flores
y los granos de sal ser imputables.
Pero nunca podrá la apostasía
manchar con ruda mano la inocencia
de una voz que a la Virgen se aquerencia,
con lágrimas pidiendo a porfía
crucificada con la penitencia
que vuelva Cristo a rescatar su herencia.
F. M.