“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

jueves, 17 de diciembre de 2009

LAS FLORES


Las flores siempre han encantado a las personas religiosas. Ellas ven en las flores, como en todo lo que es bello, el resplandor de la Verdad. Santa Teresa de Lisieux decía que la flor era la sonrisa de Dios y, acariciándola, Santa Teresa de Ávila exclamaba: “Bendito sea el que te ha creado”. Ana Catalina Emmerich, a quien “todas las formas, todos los colores, y hasta las nervaduras de las hojas inspiran profundos pensamientos”, como decía ella misma, creía que “cuando las flores se marchitan, Dios retoma los colores y el perfume que les había dado”.


Guillermo Gueydan de Roussel – El sentido humano y cristiano del campo, “El verbo y el Anticristo”, Ediciones Gladius, 1993.